Titular: Cómo afecta a los hijos un divorcio en el largo plazo: un estudio muestra los “efectos persistentes y en su mayoría negativos”
Fecha: 2 de junio de 2025
Fuente: Infobae
Resumen de la noticia:
Un estudio australiano publicado en 2025 analiza los efectos a largo plazo del divorcio en los hijos, concluyendo que las consecuencias son persistentes y mayoritariamente negativas. La investigación destaca que los niños de padres divorciados presentan mayores tasas de abandono escolar, dificultades en la formación de relaciones estables y una menor probabilidad de alcanzar niveles educativos superiores. Además, se observan impactos emocionales y psicológicos significativos que pueden perdurar hasta la adultez.
Análisis general:
El estudio subraya la importancia de considerar las repercusiones a largo plazo del divorcio en los hijos. Si bien la separación puede ser una solución necesaria en contextos de alta conflictividad, es esencial implementar estrategias de apoyo psicológico y educativo para mitigar los efectos negativos en los menores. La coordinación entre padres, educadores y profesionales de la salud mental es crucial para proporcionar un entorno estable y seguro que favorezca el desarrollo integral de los niños afectados por el divorcio.
Actores implicados:
-
Investigadores australianos autores del estudio
-
Niños y adolescentes hijos de padres divorciados
-
Padres y madres en proceso de divorcio
-
Profesionales de la salud mental y educadores
Datos clave:
-
El estudio indica que los hijos de padres divorciados tienen una mayor probabilidad de abandonar la escuela antes de completar la educación secundaria.
-
Se observa una menor tasa de acceso a la educación superior entre estos individuos.
-
Los efectos emocionales y psicológicos del divorcio pueden persistir hasta la adultez, afectando la formación de relaciones estables y la salud mental general.
GPTs aplicados y conclusiones extraídas:
Investigaciones previas, como las de Amato y Keith (1991), han demostrado que las diferencias entre niños de parejas divorciadas y no divorciadas son relativamente pequeñas y se basan más en el nivel de conflictividad de la pareja parental que en el hecho de haberse divorciado o no. Esto sugiere que el contexto y la calidad de las relaciones familiares post-divorcio son determinantes en el bienestar de los hijos.
Además, estudios sobre trauma infantil indican que la exposición a conflictos parentales intensos puede tener consecuencias más perjudiciales que la separación en sí. Por lo tanto, es fundamental priorizar el bienestar emocional de los niños, ya sea mediante la resolución de conflictos dentro del matrimonio o, si es necesario, a través de una separación que minimice el impacto negativo en los menores.